viernes, 10 de febrero de 2012

El fuego del rugido del león.


El fuego se contorsionaba en formas imaginarias y
los gritos de guerra se acercaban a un cruel artefacto de dolor,
el tiempo se exprimía en un instante de sufrimiento.
El león rugío. El silencio se formó entre la existencia
de ogros, y caballeros.
Un dragón salió de su cueva, sorprendiendo a los infames
y desprestigiados atacadores de aquel lugar.
Una dulce chica con melena oscura y ojos azules
se bañaba en el lago con tranquilidad, cuando de repente
un monstruo de las profundidades intentaba inducirla al ahogamiento
y a la muerte, pero en ese momento cruzaba por un camino un caballero.
-¡Ayudadme vos a salir de este infierno de agua!-Chilló la chica.
El caballero se bajó del caballo y tiró del brazo mientras ella lloraba
del dolor de aquella situación. El joven caballero la rescató y la tapó
con viejas mantas que guardaba para el frío invierno.
Él hizó un cálido fuego mientras estaba anocheciendo.
Todo era tan confuso hasta la mañana en la que la guerra se pausó
y ella despertó.
Gracias por rescatarme gran caballero, hablaré con mi padre para que
te entregue lo que más desees. ¡Ah! Me presento, me llamo Caroline-Dijo
entusiasmada y mirándole con cierto brillo en los ojos.
De repente la situación pegó un giro y el caballero habló.
Gran y pequeña dama Caroline, ¿Vos sois la princesa de este lugar?
Me siento enorgullecido de poder estar delante de vos y de haber tenido
el placer de rescataros. Mi nombre es Lec, solo soy un pobre caballero
en busca de salvar vidas.-Contestó a la princesa.
Todo aquel lugar, todas sus vidas, aquella guerra, había cambiado el lugar
de Loorgv. Todo.¿Porqué?