
La brisa roza suavemente mi piel,
se escucha el batir de las olas del mar,
y ese lugar estaba lleno de tranquilidad.
Sentada en la orilla observaba el cielo estrellado,
y te echaba de menos a mi lado.
Todavia sigo dibujando corazones en la arena,
pero al subir la marea estos siempre desaparecen,
y cuando baja esta misma,
vuelve a ser todo como antes.
¿Esto no se parece a la realidad?
Muchos sentimientos al principio,
y luego se termina apagando esa ardiente llama.
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