Frío.

El sol ya no calienta
sobre mi fría piel,
la luna enfría un poco más
la inospita noche,
y las estrellas ya
no ilumina más el fondo azul oscuro.
Absurdez del mañana,
apretar la yaga del malhumorado,
pellizcar la herida cicatrizada.
¡Está nevando!
Me recorre hielo por las venas,
las manos momificadas en silencio.
¡Está nevando!
Mis cabellos tiesos por la laca de hielo,
mis ojos de dura piedra y se rompen
cayendose al abismo,
un abismo condenado a un círculo
imposible de hechos inargumentados.