lunes, 9 de abril de 2012

La marioneta francesa de las montañas del norte.

Dicha belleza semejante a la de una diosa gentil, 
rasgos de los labios de color carmesí, 
uñas en forma de garra para clavarlas en una escultura de odio, 
ojos desesperados por encontrar la mirada de los ojos cautivadores. 
Pequeña marioneta francesa, Acercate un poco más. 
Nunca te pares. Da otro paso y ahora...¡Gírate! 
¿Me ves? Ojos cautivadores. 
¿Labios rozados por terremotos y abismo? Besos de sonrisas, 
calor elegido por la dama. 
¿Cerrojos del presente? Toma, la llave. 
Ahora pasa y enloqueceme, porque nada cambiará a esta marioneta 
francesa de las montañas del norte, ni siquiera una tormenta.

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