lunes, 9 de abril de 2012

El laberinto de la calma.-

Entré en aquel laberinto de dulzura y pasión, 

ese laberinto del cúal nadie quiere salir por el simple hecho 

de parecer un paraíso de amor. 

La rutina de la brisa conforma a la calma 

cautivando el corazón de la dama. 

Ese amor imposible se volvió su dia a dia 

en su pensamiento, 

deseando cortar tierras para dar un paso 

y besar aquel rostro inquieto. 

Y otros cuatro meses pasarón 

desde el principio de aquella novela romántica 

que a la calma volvierón pero juntos seguían 

en ese laberinto de amor, pasión y calma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario