martes, 5 de junio de 2012

La subestimada realidad.

Destapamiento de cada amanecer,
sábanas vacías de hilos y una mirada hacia la ventana.
Repetir pensamientos nostálgicos una y otra vez,
el cristal de la ventana se empaña con el aliento cálido.
Las palabras se resbalan por una catarata de ignorancia y
la compra de un billete hacia tu propio sueño.
Se despierta otro día, los rayos de sol desnudan los recuerdos.
¿Qué ha sido de la página que solo podía verla yo?
He perdido la magia de las gafas para poder leerla.
Anochece y el sueño se introduce en mis párpados.
Amanece y me miro al espejo.
Todo sigue su curso.

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