viernes, 29 de junio de 2012

La séptima promesa de la estatua de sal.

-¿Podemos hablar?
+Si, claro.
-Si te dijera que...no he podido dejar de pensar en cada conversación, 
en cada mirada, en ti..¿Qué me dirías?

Pura inercia de los sentimientos,
que van directamente con una escalera al infinito cielo,
al inmenso mundo de la felicidad.
Vamos a tomarnos una copa de complicidad
y de paso, demos un paseo por el universo.
Columpiémonos en una nube y
surquemos juntos el océano.
Un par de brillitos que surgieron de la nada,
son unos ojos inundados de miedos, atracción
y suplicando un beso.
Un beso, un sello para demostrar
de que esto es realmente la realidad.

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